La madera conversa con Teo desde el comienzo, llevándole a través de sus vetas, colores, curvas y formas caprichosas, en una conversación llena de emociones, vivencias, giros, sensaciones. Todo eso Teo lo coloca en la escultura para compartirlo con el mundo. Así se desarrollan palomas, maternidades, torsos, rodelas, llegando hasta formas personales que la madera le dicta y él obedece, dándoles forma. Los otros materiales participan para apoyarse y reforzarse mutuamente hasta formar una pieza completa.
Héctor Gómez Gauchía